Día dos






Aunque parezca que me invento lo que escribo, desayunamos en una panadería atendida por una chica de Barrancabermeja y caminamos rumbo al Parque de la Alameda, el buen verde y la buena vista como para pensar sobre lo que se quiere y lo que no se quiere pensar. Fanali colocó la flauta con la esperanza de que algún turista despistado le dejara monedas, pero yo fui el único que me animé y finalmente el único que se nos acercó, fue un tipo en un tractor corta-césped que con su peculiar ruido, nos ahuyentó del lugar.

Sopa de mariscos, pescado, pan y vino almorzamos mientras hablábamos del futuro y disfrutábamos del presente, luego mi compañera de viaje se acostó a leer y yo me fui a conocer la ciudad, en la noche nos esperaba el concierto de los músicos que habíamos conocido en al calle, el día anterior.
Llegamos tarde como siempre pero como siempre terminamos en la primera banca, frente a nosotros 4 músicos increíbles, 3 de ellos de la lejana Latinoamérica nos deleitaron con la magia del jazz. El concierto gratis estuvo tan bueno que la noche ya podía acostarse contenta, sin embargo había que cumplir y tomarse mas de una cerveza en los bares del centro. A las 2am un viejo loco apagó la música, bajó la persiana, barrió nuestros zapatos, y nos mandó a dormir.

1 comment:

Anonymous said...

vaya hembrita con la que te fuiste de paseo, jodaaa... que chevere...