Noche de San Juan


Juana no entiende nada.

Por la cabeza del padre de Miquel pasa todo como en una película, la sonrisa de su hijo, de Jordi y de los demás, los bocatas sin terminar de preparar y hasta la música de Alejandro Sanz que sonaba de fondo. La madre de Miquel solo llora, llora desconsolada, rogándole a un Dios en el que nunca ha creído que le devuelva una esperanza que según los médicos, nunca se debe perder.

Juana no entiende nada, tampoco su madre, tampoco su padre, tampoco su abuelo, tampoco sus vecinos, tampoco su país, tampoco yo.

A Miquel le habían dicho en el colegio que la sangre era roja pero el nunca la había visto. Juanita aún no se había desarrollado pero la sangre había vivido cerca de ella desde que nació en Juanchaco, un caserío a 40 minutos en lancha, del puerto de Buenaventura.

Los médicos del Hospital Sant Pau intentan reconstruir los tejidos de la cara que Jordi por poco destruye con un petardo. Jordi es el mejor amigo de Miquel, nunca habría querido hacerle daño, el volador lo tiró a cualquier parte, mientras celebraba la tradicional noche de Sant Joan. Ni Miquel, ni sus padres, ni sus tíos, ni el propio Jordi, quien no ha dicho una sola palabra desde el suceso, creyeron posible recibir la llegada del verano en el hospital que Gahudí diseñó para Barcelona.

Para Buenaventura mandaron a Juanita en una lancha rápida que llegó muy tarde y allí se despidió de este mundo globalizado con el mismo olor a pólvora que Miquel guardaba en sus fosas nasales, pero además, con una esquirla de hierro clavado en el pulmón. Un pedazo de tractor retorcido por mentes aún más retorcidas que se disputan un corredor para la exportación al primer mundo, de cocaína colombiana.

Espejismo

Acomodo la camisa arrugada y me miro los ojos vanidosos, mis agujeros negros me hicieron sonreír, pero sobre todo recordar. Recordar mis ojos frente a mis ojos con solo 8 años, llenos de lagrimas por noticias que después entendería mejor.

Y fue así como entendí que este espejo de hoy no solo hablaba del yo de ahora sino que reflejaba el de antes, ese que a los 12 años se encerró frente a si mismo, para entender que las sensaciones mas placenteras de la vida eran gratis y no tenían nada que ver con el pecado, aunque en el colegio le hablaran hasta de pelos en las manos.

Así, como si estuviera a punto de morir, como en la proyección de mi película, me encontré con 15 llorando frente a mi mismo, al descubrir que lo unico que me gustaba de mi novia eran las tetas, y que aunque no era poco, no era suficiente y tocaba decidirse a dejarla… para salir a enamorarse.

Entonces pasaron los años y me encontré bajo el espejo y frente a mis ojos el reflejo de su espalda desnuda y entre mi pelo sus manos y entre nuestros sexos, el amor enredado. Luego me dieron ganas de partir el puto espejo cuando me dijo: ya no te quiero.

Mojo mis manos con perfume barato y las paso por el pecho con la firme ilusión de planchar la camisa, no lo logro y sin embargo la sonrisa se me convierte en carcajada; la cita de esta noche me recuerda que el reloj da vueltas para que nosotros aprendamos a disfrutar de nuestra propia belleza, antes de morir.

No sé que titulo poner.


-“Ni Perla sabia como encarrilar su vida ahora que tenía un hijo, ni yo sabía a donde me llevaba la serbia que conocí en media calle; Anabel no tenía ni idea de qué le hablaba Perla; Perla no sabía que hacer con su miedo; Libia no sabía que hacer con los remedios vencidos y se tomaba todo lo que encontraba; Tiburón no sabía quien era su dueño; el conde muerto ignoraba que lo habían desenterrado; Clementi no sabía donde estaba su hermano, si en la panza del guepardo o todavía huyendo despavorido…”-

Seguramente, Jorge Franco no sabe que yo leo su tercer libro en el metro de Barcelona, Barcelona no sabe que existe Barranquilla, Barranquilla no sabe pa donde se fue el progreso, la rubia de enfrente no sabe que museo visitar, la chinita de hace un rato no sabe donde toma la línea dos y tampoco lo sabe preguntar en Español, el africano de mi lado no sabe si es un sueño estar aquí, la cubana no sabe cuando volverá, la del bolso negro no sabe cuanto la desea el de las gafas oscuras, el de las gafas oscuras no sabe porque a veces piensa en su exmujer y tampoco sospecha, que el marica del ipod, se lo quiere comer.
Mi madre no sabe donde ando yo, mi jefe no sabe cuanta plata me sobro y yo no se, si se la quiero devolver.

-“Todas las mañanas uno se levanta sin saber nada, uno simplemente confía en que no haya cambiado lo esencial y que lo que duele y estorba haya desaparecido”- Me dijo Jorge y bajé del tren, como diría la canción… “hoy puede ser un gran día y mañana también”

Por la selección...


Mientras los primer mundistas salen a sus paseos de verano a cualquier lugar del planeta, se acerca la Copa America, y nuestro continente le da aún mas tiempo a las noticias del balón. Pegados aún mas al televisor los Latinoamreicanos le rogamos al mismo Dios que nos ha visto morir de hambre que nos regale al menos una alegría que nos haga recuperar la dignidad que creemos haber tenido.

Mientras tanto, Mario Vargas Llosa, de quien disfruté mucho las Travesuras de la niña mala, escribió el prólogo de El regreso de los Idiotas, un libro donde se explica por que estamos cada vez mas jodidos: -"Porque lo cierto es que a pesar de los casos exitosos de modernización que señala el ya conocido de Chile y el promisorio de El Salvador, así como los triunfos electorales de Uribe en Colombia, de Alan García en el Perú y de Calderón en México, lo cierto es que en buena parte de América Latina hay un claro retroceso de la democracia liberal y un retorno del populismo, incluso en su variante más cavernaria: la del estatismo y colectivismo comunistas."-

El libro ademas de a Chavez, Castro y Morales trata de idiotas a Ignacio Ramonet y a Noam Chomsky, entre otros... con lo cual yo decidí quedarme callado y prenderle esta vela a la Selección de muchachitos que van pa Venezuela ilusionados con darle alguna alegría a la patria... la pregunta es ¿cuánto tiempo durara prendida?

The Big Fish


Ayer chatié con un viejo amigo y hablando de todo un poco me dijo: -"no hace falta la que se fue, hace falta la que no ha llegado"-

Si lo dice ese man yo le creo, 235 aventuras, 18 novias y 3 esposas, entra las cuales, una es mi madre, avalan su experiencia en la materia.

Por si acaso...

Déjame con la mirada colgada en tus pupilas,
con la boca vaciada de mentiras.
Déjame tonto y devuélveme la alegría.
Déjame engañarte solo lo necesario,
déjame encontrarme... con lo que tu andas buscando,
déjame escucharte, mientras aprendo a estar callado.
Déjame rodearte el cuerpo con sonrisas,
déjame soñar con tus manos, tus caricias.
Déjame invitarte, a un café por la mañana
y mandarte un sms... en plena madrugada,
Déjame enamorado, de la idea de enamorarme
déjame escribirte, sin el susto de asustarte.
caminando para inscribirme... en el destino de tus palmas, déjame mirarte, cuando bailas sevillanas.

Las vainas de Barceloca


El barco de los locos fue una famosa película, pero además, es un proyecto de arte alternativo (como si algun arte no lo fuera), una aventura en toda la extensión del significado. Un riesgo que tomaron unos amigos artistas y amantes del teatro que van de puerto en puerto, por el mediterráneo, llevando cultura a las ciudades. En el barco crean, escriben, actúan, duermen, comen, hacen el amor y le demuestran al mundo que la locura es relativa. El otro día, caminando por el puerto, me senté frente a ellos y viendo el costo de la entrada al show que montan, entendí que ni de locos ni de bobos tienen mucho, mas bien, asumieron la vida como un viaje en el que el buen viento y la buena mar siempre existirán, mientras la fe sea suficiente.


Tocaba ir.




Llegue aturdido por el filo de las 4pm después de todo un dia en el metro de Barcelona. Entre diciendo: ¿aja familia? Y fue bueno por que por fin, alguien me respondió.
Emanuel se levanto del sillón y canto: “Oye que chocho bonito, oye que chocho bacano, el que tiene ella… en la falda…” Escuchar esa champeta a esa hora de la tarde a miles de kilómetros de distancia de Cartagena no era tan absurdo como saber que salía de la boca de un Argentino.
Gire la cabeza sin decir nada y vi a Rossana, mi amiga monteriana, que muerta de la risa seguía junto con Cristina, la catalana novia de Emanuel, viendo el video de El chocho en Youtube. Si! Reírme! ¿que mas podía hacer?

Pero si la tarde con mis nuevos compañeros de piso empezó loca, se pondría peor (o mejor) cuando al mendocino se le ocurrió decirme que fuéramos al estadio.

A las ocho llegamos a la parada de metro mas cercana al Camp Nou y un rato después, aun de dia, estábamos tres argentinos y yo en la puerta comprando las dos boletas que faltaban. Fue entonces cuando descubrimos que las dos que ya se habían comprado, correspondían a la tribuna de Argelia y fue entonces cuando el Argentino que quedaba sin boleta fue absolutamente enfático: “Noo boludo!! Ahora si estoy culiao, mis dos amigos en la barra de Argelia y yo en la de Argentina, con un puto colombiano que acabo de conocer.”

A mi por supuesto el comentario no me dio rabia sino risa, sobre todo, cuando un tipo bajito, gordito y con cara de paisa dice: “A ver pues mijo, venga le doy 10 euros por las dos parcero”

Saviola, Messi, Aimar, Crespo, Tevez, Zanetti, los Argentinos no tienen una si no varias grandes selecciones, asi que espero que me perdonen, pero estar ahí ratifica que para conocer la mayoria de las cosas tienes que vivirlas… sobre todo en lo cultural.
Contra Argelia no la vieron tan fácil y cantaron, brincaron, sufrieron y rieron como cualquier hinchada. El amistoso estuvo divertido, 4 – 3 y me sirvió para corroborar que los latinoamericanos somos demasiado parecidos y que el fútbol nos apasiona, particularmente, porque es uno de los pocos fenómenos sociales que nos ha dado identidad, que nos ha permitido sentirnos orgullosos de lo que somos y son los futbolistas nuestros únicos héroes. O ustedes creen que todos los colombianos tenían claro donde quedaba Cúcuta, antes de la Copa?

Al dejar las gradas, me invadió una tristeza que no entendía muy bien al principio, pensé que era decepción porque el Nou Camp se ve mas bonito en televisión, pero poco tiempo después entendí que lo que me hacia falta era el olor a meao cuando bajas las escaleras del Metropolitano, el cielo despejado de la noche currambera, la brisa que corre por la Circunvalar, la mirada perdida desde la ventana en el cruce de Juan Mina, la voz de Villazon coreada a todo pulmón, la lata de Águila, el escándalo de afuera, aquel olor a butifarra y a maicena… en fin, ese cojeculo que se forma siempre en esa ciudad mediocre, que yo amo con intensidad.

Para bailar...


El primer guión de “Para bailar se necesitan dos” lo leí frente a la pantalla de mi computador, hace varios años en el insoportable bochorno de mi ciudad natal. Esa vez, el mail se lo respondí a Juan Pablo con la seguridad del convencido, ese que solo responde con una frase. “Ojalá solo para bailar fuesen necesario dos”

Pero el tiempo pasa y uno aprende, como en aquel poema, uno aprende que para hacer cine se necesitan mucho mas que dos, uno aprende que la labor es titánica pero que la vida es cortica y uno crece, y entiende, que es mejor bailar solo... que con alguien que no te pilla el paso.
De Salsa 8, pasamos a la Plaza del Rey de la Catedral de Barcelona, a donde, según los guías turísticos, llegó Colon hace mas de cinco siglos, cargado de indígenas latinoamericanos.
Ahí estábamos nosotros, como para la foto de Pelaos en el Heraldo, Guillo Trujillo, Alejo Castillo, Ana Cecilia, Fruco y sus tesos y yo, poniendo el granito de arena pa convertir en película, la coreografía que Juancho adaptó a esta ciudad de la que todos estamos un poco enamorados.

Y uno confirma entonces, que la vida es de compromisos, que el no arriesga un huevo no gana un pollo, que la amistad es una de las formas mas concretas del amor... y uno confirma, que lo que queremos contar, son historias nuestras, con mucha salsa, sabor y dolor.

Confirmas que necesitas comunicarte, que el cine es muy caro y muy mágico, confirmas que a todos nos falta mucho por aprender, que nunca terminaremos.
Un suspiro entonces y confirmas que has tomado decisiones correctas, que el que no puede o no sabe bailar, le hace falta algo, aprendes y confirmas... que la vida no tiene plan de rodaje o que en cualquier caso, se puede replantear una y otra vez.

Confirmas que no es necesario tener claro el rumbo, si llevas el paso infinito del caminante y no te detienes... ni en el camino, ni en el amor.