La cuerda


Hace dos años un amigo me dijo que a él lo salvó el cine, mientras hablabamos de esas cosas del amor, tan parecidas a la muerte. Ayer, una película me explicó algo como esto: El amor de pareja es como la cuerda que sujeta a los alpinistas. Justo cuando se tensiona adquiere sentido, puede sarvarles la vida... o dejarlos caer al abismo.

Había una vez una rana*

Había una vez una diminuta rana que andaba brincando y cantando feliz, cuando por un descuido, cayó en una vasija con leche. Primero le gustó y nadó un rato, pero al poco tiempo empezó a desesperarse, no podía sostenerse más y necesitaba salir. Lo intentó una vez, dos veces, tres veces. Las paredes eran muy altas y su cuerpo resbalaba. Pensó en la muerte y se angustió, pero reconoció que si dejaba de moverse su final estaría más cerca, entonces se movió y se movió. Pataleó, brincó, chapuceó, nadó, gritó, peleó, lloró pero no se detuvo. Y pasaron los minutos y las horas, los días y las semanas. De pronto sintió que no tenía más fuerzas y que todo acabaría, pero siguió moviéndose con la misma pasión, resignada a morir dando la pelea, entonces, en aquel último instante, la leche se convirtió en mantequilla y la diminuta, pero valiente rana, pudo saltar.
*Esto no es más que una vieja historia, me la contó My Big Fish, cuando tenía unos 11 años... nunca la olvidé.

¿Cómo es la feria del sexo?


Creo que fue en una de las crónicas de un tal Pirry, la primera vez que escuché hablar sobre las ferias del porno y sexo que se hacían en Barcelona. Aquellas imágenes seducían una adolescente cabeza que odiaba tanto la paupérrima estética de las putas locales, como la estrafalaria superficialidad de las prepago estrato 6 de Barranquilla. Recuerdo como Mario, un viejo amigo me explicaba: -Loco, te gastas 200 mil pesos con una prepago y la pasas de maravilla, no joden y a todo le dicen que sí. Conquistando a cualquiera te gastas lo mismo en un fin de semana y es posible que a todo, le digan que no-


Años más tarde, en este otro lado del charco, me entero que el Festival de Cine Erótico de Barcelona (FICEB) es trasladado a Madrid, pues su éxito ha sido tan grande en las últimas ediciones, que ha sido imposible controlar el flujo de personas y se han causado graves desordenes públicos en el barrio residencial donde se llevaba a cabo. Entré a internet y respiré profundo, el FICEB había sido reemplazado por el Sexe en Catalá. Una nueva exposición de la industria del sexo y la pornografía en Catalunya.


-La obsesión por el idioma catalán en esta ciudad tiene tan pocos límites, que parece que la última invitación es a que lo usemos también, a la hora de follar.-


Aprovechándome de una acreditación como periodista, teniendo en cuenta que el país invitado era Brasil y que eventualmente colaboro para un par de periódicos "latinoamericanos", fui a saciar mi curiosidad y a explorar ese lado morboso que tengo desarrollado mas o menos igual que resto de los terrícolas.


Para empezar debo decir que el sitio donde se hace la feria parece más una vieja fábrica abandonada que un palacio de convenciones. Está situado cerca al polígono industrial y altas horas de la noche lo más sensato es ir en taxi. Cosa incómoda en una ciudad como Barcelona donde el transporte público funciona de maravilla. Una vez en la entrada, una chica guapa me entregó la invitación y le pregunté algunos datos que no me supo responder muy bien.


Supongo que estas alturas, después de líneas tan aburridas como las precedentes, esperan que les hable de la belleza de las pornstar y de los polvos biónicos de los pornshows, que relate como me dejé usar como carne de cañón en las demostraciones en vivo y todo lo vibrante que se siente en un lugar donde no hay pudor ni vergüenza, donde se hace público, eso que todos los humanos practican en privado. Iré al grano: la feria del Sexe en Catalá resultó mucho más aburrida que este post. Tardé más en llegar que en largarme. He pasado pocas noches tan insípidas y falsas, como esa.


Montones de cajas de películas x -todas diferentes y todas iguales- afiches explícitos. Mujeres mayores avergonzadas, sujetas a maridos que tampoco ponían buena cara. Una pareja "cualquiera" que se dedica a acostarse con quien sea y tomarse fotos para la web. Un stand del país invitado que lo único interesante que tenía era las costosas caipirinhas. Un par de rubias tocándose como si alguien pudiera creer que son lesbianas -ojalá ninguna lesbiana vea semejante imbecilidad- en fin, nada que valiera la pena.


De pronto, el poco público que había (95% hombres) se abultaba con sus cámaras frente a una de las tarimas, pareciéndose al ganado cuando intenta salir del corral. No podría decir que daba asco, pero tampoco era emocionante ni mucho menos inspirador, se trataba simplemente de un par de cuerpos con muy pocos pelos, demasiada silicona y un sutil pero evidente decorado de celulitis fornicando como máquinas, porque seguramente que los animales, lo hacen mejor.


Habían pasado 20 minutos y ya estaba realmente fastidiado, pensando en el concierto de música afrocolombiana que empezaría en cualquier momento, al otro lado de la ciudad. Entonces, cuando buscaba la puerta de salida me topé con una imagen difícil de olvidar. Una chica arropada de pies a cabeza en un vestido de cuero negro, pisaba los cuerpos de un par de tipos gordos y flácidos empacados al vacío -literal y metafóricamente hablando- se supone que se trataba de show de masoquismo, pero por entre el plástico, a mi me pareció ver los ojos de Mario, aquel viejo amigo.

Naty practica el francés.


A los 11 años, una caída en patines le demostró a Nataly que su sangre no era azul, como se lo insinuaba la mamá. 
Llegó a este mundo en 1984 después de una cesaria en la clínica privada más costosa de Barranquilla. Barranquilla es un caliente, polvoriento, dicharachero y corrupto rincón del caribe colombiano, lleno de bellas mujeres, alegres ancianos y espectaculares atardeceres naranja, violeta y rojo.
Las clínicas y todo lo demás en Barranquilla, no se miden por la eficiencia sino por el caché. Tener caché, en Barranquilla, significa trabajar para una multinacional, estudiar la carrera en alguna universidad de la capital, haber asistido a un colegio bilingüe y sobre todo, si eres mujer, que las fotos de tu fiesta de 15 hayan sido publicadas en la sección de sociales del único periódico. 
Nataly juntó esos requisitos y se hizo merecedora de un curso de francés en París, la ciudad de la luz. Esta tarde, un londinense compañero de clases, la invitó a un sitio llamado Le Glamour, con ese nombre, no se pudo negar. 
Ahí, una pareja de la edad de sus padres les dio la bienvenida. El bar tiene una amplia barra de cocktails exóticos, música tranquila, mesas pequeñas para sillas grandes, un baño impecable y una gran cama de 12 metros por 12 metros donde un poco borracha, un poco asustada y muy excitada, Nataly vivió su primera orgía. 
Mañana a las 2:30pm -hora colombiana- le dará un reporte a su madre de cómo van sus clases de francés, con la esperanza de que sus fotos no sean publicadas, esta vez.

Uno vuelve

No es fácil, volver al blog no es fácil.
Volver, nunca es fácil.
A veces la cabeza se llena de ideas pero nada fluye.
La monotonía carcome la esperanza de un buen texto.
El talento de tantos desconcierta e intimida.
La desazón, se hace más fuerte que la muerte y entonces, justo en ese instante, uno vuelve.