... lo demás es Roma.






El verde se exparcía a nuestro alrededor, bajabamos por un camino empedrado, habiamos dejado la fuente atrás, entonces ella me preguntó: -“¿entonces tienes un blog?”-
- Sí – respondí
- ¿Y sobre que escribes?
- Pues sobre lo que me ocurre y lo que se me ocurre.
- Ya… pero cual es el objetivo de tu blog?
- Fue entonces cuando la miré de frente y di dos pasos en silencio antes de responder.

Varios días antes, pensé que este post debía empezar describiendo las caras de la pareja de italianos que cargados de maletas, se dirigían conmigo en el último bagón del del tren, del aeropuerto a Termini, la principal estación de Roma.

Sin embargo, este post empieza con la descripción de esa conversación en ese parque. Viajar te trae sorpresas. Como por ejemplo, llegar y no poder comunicarme con la amiga que me había buscado el hotel y darme cuenta que mi otra amiga realmente no sabia donde hospedarme, sorpresas como entrar al primer hostal de referencia y no encontrar habitaciones disponibles, sorpresas como llegar a la segunda y última opción, y que te ofrecieran un cuarto para compartir con 8 personas.

El indio (literalmente de la india) que me atendió, me dijo, en un inglés peor que el mío –“es bueno porque está vacío, puedes tomar la cama que quieras y seguro vendrán chicas lindas”- La verdad es que no tenia mas opciones, pagué dos noches, dejé la maleta y salí con mi cámara nueva a fotografiar la ciudad eterna.

Empecé a encontrarme con una y otra iglesia y con una y otra plaza y con una y otra ruina hasta llegar al Coliseo Romano, entendí entonces, o mejor, recordé... lo insignificante y prepotente que somos los humanos. Roma tiene 2.750 años, eso no tiene perspectiva posible. Muchas de las ciudades de Colombia no llegan a los 200.

Somos, como personas y como sociedad, nada en la historia mundial y aunque repetimos una y otra vez las mismas estupideces y parece que ahora sí estamos acabando con el planeta… a mi me terminó quedando la absolutamente extraña sensación de que no estamos tan mal, tal vez lo único que necesitemos, sea mas tiempo.

Mientras escribo esto, casi nueve días después, en el locutorio me preguntan: -“Qué tal Roma, viste al nuevo papa? al soldado de Hitler?”-

Eran casi las 9pm y mis amigas no aparecían así que regresé al Hotel u Hostal, mejor dicho, a ese apartamento incrustado en un edificio del siglo 18 o 19 en donde habían dos baños, una enorme puerta de madera y cada habitación estaba tan abarrotada de camas que les tocó poner cuatro mas en cada armario. No me pregunten como pero los armarios, closets o como quieran decirles... se abrían con persianas y en vez de ropa, habían camas incrustadas, donde ciudadanos del mundo, a menudo acompañados por una mochila enorme, pasaban una, dos o hasta cuatro noches.

Mi habitación continuaba sola y en silencio, pero de un momento a otro una jovencita encerrada en un cuerpo de mujer entró con unos seres extraños y transparentes revoloteándole en la cabeza. – Hola – me dijo. – El es Antonio y yo soy María de los Ángeles – Entonces entendí, que se trataba del eslabón perdido entre madures y juventud y que los extraños seres no eran mas que Ángeles que una vez la conocieron, no pudieron dejarla.

Cinco minutos mas tarde reconocimos el parecido entre el sur de España y el norte de Colombia. Cuatro días después, borrachos en la playa, gritaríamos, Sevilla y Barranquilla, que maravilla!

Cinco minutos después de los Andaluces llegaron dos mejicanas, cinco minutos mas tarde un australiano y quince minutos después, pedíamos la segunda cerveza en el bar mas cercano al Andy´s House (ese era el nombre del Hostal). Una cerveza tan cara como el plato de lasaña. Antonio y Ma Ángeles contaron sus travesías por Italia y ella afirmó, mirando su copa, que lo único que le había faltado era ligar, y yo, mirando su cara… le pedí que no perdiera las esperanzas.

Cinco días después, a la cinco de la madrugada, nos despediríamos, con su aliento a tabaco y el mío a wiskey, para dejarnos con el corazón chiquito y las esperanzas intactas.

El australiano renunció a nuestra excursión del día siguiente, después de habernos pasado toda la noche traduciéndole las historias, así que a las 11am yo estaba con las dos mejicanas y los dos españoles frente al principal templo de la iglesia católica. La plaza mas grande, bonita e imponente en la que he estado hasta ahora. Era miércoles y el viejo Benedicto debía dirigirse a sus feligreses, pero también era Agosto, hacía mucho calor y el estaba de vacaciones, así que lo hizo a través de dos pantallas gigantes desde su cómoda casa de campo.

Si la plaza es absolutmante exuberante, el templo no se puede describir con palabras. Sirve para lo que fue construido, no dejar duda del poder de Dios, un Dios de cuerpo perfecto, tallado y dorado. Todo está perfectamente limpiado, cuidado, pulido, pintado, decorado. No necesitas ser ateo para pensar que esta es una de las pruebas mas contundentes de la avaricia, prepotencia, codicia y arrogancia de la humanidad. Caminaba bajo cúpulas que me abrían la boca sin quererlo, pisaba un suelo que me hacía pensar en “La esperanza” ese barrio de desplazados por la violencia en Malambo, muy cerca de Barranquilla, donde los niños juegan descalzos sobre las calles sin pavimentar y cultivan gusanos... en sus estómagos. No obstante, entré a una de las capillas y le di las gracias al Dios en el que creo, por tantas bendiciones que no merezco.

Un rato después, entramos a almorzar a una Tabola Calda, un restaurante típico donde hay un bufete delicioso. El italiano que me atendió me dijo que le pagara luego y todavía me está esperando, el que reza y peca empata, dice el viejo refrán.

El museo del Vaticano debe ser una de las muestras mas grandes de arte en el planeta, al menos de arte religioso. Cuadros del año 220 donde se masacran niños, cuadros, esculturas telones con vírgenes, santos, ángeles, sangre y oro (seguramente del robado en América Latina) por todos lados. Cualquier palabra es poca, todo es absolutamente impresionante y digno de admirar o al menos de mirar. Una monja, por ejemplo, miraba muda la bañera de al menos 4 metros de diámetro, quise preguntarle si al igual que yo estaba imaginándose las orgías que montarían ahí los romanos, pero no era justo joderle la excursión y los 11 euros que cuesta entrar ahí. 11 euros por 50.000 o mas personas diarias... por 350 días… desde hace cuántos años? - no sé, no puedo, no debo, no quiero pensar porque empiezan a gritar los gusanos de mi panza, primos hermanos o al menos compatriotas de los del barrio “La esperanza”.

Un rato después, bordeámos el río y le hicimos un par de fotos al Foro, al obelisco y a la Piazza Venecia, cenamos pasta y yo hablé con los Ángeles de María hasta pasada la media noche.

Para el tercer día había un nuevo inquilino en nuestra habitación múltiple. Habitación que si dejara que Eros hiciera de las suyas, hubiese sido mas Romana que nunca pero que hasta ahora, no era si no hispánica, así que al italiano recién llegado de Bolonia no le quedó otra... que aprender español.

Nuevamente salimos todos juntos pero resultó que para entrar al Foro también había que pagar y resulta que para los menores de 25 años hay un descuento, a menos que no pertenezcas a la Comunidad Europea. Aún sí estudias y/o trabajas en ella, no tienes derecho al descuento, tienes que ser ciudadano para que te descuenten 5 euros. Supongo que esta política es debido a que la Unión Europea entrega fondos y le hace estos regalos a sus ciudadanos para que se sientan orgullosos. Podrán ellos sentirse orgullosos de pertenecer a una institución con políticas tan discriminatorias?

El Foro, el Circo Máximo, el Coliseo, piedras testigos del paso del tiempo, piedras testigos de la barbarie, piedras que me enredaron y me hicieron perder en una tontería de esas tan deliciosas, que se parecen al amor.
En su exposición, Eros se supo controlar y ella le tomó una foto a los dos ángeles que se besaban, intentando robárle, el alma a las piedras.

Tiempo después, me encontraba frente a la Plaza Spagna, viendo las escalinatas e imaginándome la Toyota 4x4 que bajaría por ahí hace unos meses a las cuatro de la mañana conducida por un borrancho, la historia no me la habría creído si no fuese porque el borracho era un colombiano.
La Piazza del Popolo o Plaza del Pueblo, tenía el color y clima perfecto cuando llegamos, los tigres echaban agua fresca por la boca y Arturito, un francés que se había unido a nuestra excursión, se moría de la sed. Ella se agarró al tigre y yo me agarré de su cintura soñando no caer jamás.
Al llegar a casa quiso también a mi robarme el alma en una foto pero me defendí robándole un beso del que una semana despues, parece que no nos hemos repuesto.

La verdad no se si fue ella, o el exceso de humo de porros y tabaco en la habitación, pero de ahí en adelante el orden de esta historia lo tengo distorcionado. Ya no recuerdo qué pasó antes y qué despues, de quién fue la culpa, si del ROMAnticismo, del cansacio, del humo del porro o de la combinación de todo. De ahí en adelante… Roma ilusión, Roma sueños y Roma pasión… Roma Trastévere, Roma cerveza, Roma sonrisas, Roma deseos, Roma es Amor.

Confieso no tenerlo muy claro, solo sé que una noche, en la excursion no eramos cinco, sino once. Recuerdo fotos en el interior de un bus, donde en vez de wiskey se gritaba ¡clíitoris! y el francés y el italiano pedían una explicación entre las carcajadas. Recuerdo un bar junto al río, una cerveza cara y en la mesa todos cantando, “que lástima pero adios, me despido de ti y me voy…” Recuerdo un par de hormosas niñas catalanas, como salidas de un cuento de adas, deambulando junto a nosotros, flipando con la ciudad de noche, con el Coliseo iluminado y la Fontana de Trevi desnuda, hipnotizándonos, desnudándonos.

He perdido el hilo de la historia, los recuerdos ahora son oníricos, pero conservo la imagen de los besos robados, de los pantalones de colores y el vestido blanco. Recuerdo dos francesas que llegaron despues de las mejicanas y dormían casi desnudas, recuerdo el seco y desesperante calor de la habitación y ocho cuerpos destilando deseos en su interior.
Y recuerdo una playa de noche, con una luna casi llena de fondo y una romana mas linda que la luna, en primer término. Y se me antoja una sonrisa, su sonrisa en medio de la brisa fría e impenetrable de la noche que se acabó sin darnos tiempo.
Y recuerdo aún más borrosa su despedida, la tristeza y la brisa fría nuevamente y el nuevo día lleno de vacío y de caras y de tetas y de nalgas tostándose en la playa… y la pienso en el avión de su regreso. Y otra vez cae la noche y vuelve a amanecer, y nuevamente camino por Roma solo, con una maleta pesada en mis hombros y reviso las calles y el mapa… y todo parece mentira.

Llego entonces a la Plaza de la República y pienso en un porro, meto la mano en el bolsillo y lo sacó. Miro a mi alrededor como si estuviera haciendo algo raro y lo pongo en mis oidos, le doy play. “Hoy quiero gozar, quiero vivir en Salsipuedes, tierra de ilusión donde el amor nunca se muere, ven... ven y verás de corazón a Salsipuedes, y tu cantarás con gran amor a tus quereres…”

Volví a la estación de Termini, volví al aeropuerto, volví a Barcelona y volvía a pensar en la Fontana de Trevi, en Roma y en ella.

Sobre todo en ella cuando bajando por el parque me preguntaba: -¿entonces tu tienes un blog?-
- Sí –
- ¿Y sobre que escribes?
- Pues sobre lo que me ocurre y lo que se me ocurre.
- Ya… pero cual es el objetivo de tu blog?

-Bueno… objetivo creo que no tiene, pero la idea es que no se sepa que parte es realidad y que parte es ficción, dejar dudas sobre cuándo estoy hablando en serio… y cuando no.-

“Salsipuedes... tierra de amor, Salsipuedes... por ti soñé, Salsipuedes... bella mansión, Salsipuedes... tierra de fe.”

Los personajes

El Tony, el tío, el Campe. Tiene solo una pantaloneta, dos camisas y acciones en la bolsa. A sus casi 50 años solo ha trabjado 6 meses como profesor, fuma mas de 10 porros diarios y según él, lo ha probado todo. No se dejaba tomar fotos. De Sevilla.



Bueno este ya saben quien es... de Barranquilla.




Que pea compi... que pea!






Al menos los hombres estuvimos atolondrados las dos primeras horas de la noche, pensando que fueran pareja. Las catalanas que mejor me han caido en tan poco tiempo. Que buena energía, salieron desenfocadas... será que eran un espejismo? De Barcelona.




Estudia en Londres y junto con su amiga tomaron mas fotos que todos los japoneses. De Ciudad de Méjico.




El Rey Arthurito, (de muy cerca de París) tiene la facultad de abrir cervezas con la boca. Todos los días lee Le Monde y cree que la Revolución no solo es posible, si no necesaria. Tiene 20 años y parece de 27. - Aunque yo sobre eso no digo nada…



Samuel tiene 21 años y mas puestos que un metro. De Bolognia



El eslabon perdido entre experiencia y juventud. Si te detienes un poco, puedes ver como rovolotean seres transparentes sobre su cabeza. De Granada.

Mi historia con el Júnior.


Debo confesarlo, el primer equipo que adoré fue el Atlético Nacional, era el único que tenía espacio en la televisión y yo siempre preferí ver el fútbol que jugarlo. Sospecho que me hice hincha del Júnior en el mundial del 90, cuando la figura del Nacional se puso a mamar gallo frente a la delantera de Camerún y nos eliminaron. Al loco Higuita lo perdoné mucho tiempo después, cuando entendí, que este personaje, nacido en un barrio marginal de una de las ciudades mas peligrosas del mundo, pudiendo ser atracador de bus, sicario, paramilitar, narcotraficante o Senador de la República, había decidido por voluntad propia, ser el mejor arquero del país y tapar con las patas para arriba un balón que iba para el fondo de la red en el mítico estadio de Wembley.

En cualquier caso, desde los 6 años el Júnior ha sido mi equipo y una de las noches mas felices de mi vida la pasé en Titos Bolos, de pie, sobre una mesa y frente a una pantalla gigante. Era el ultimo minuto y de contra golpe, Valenciano recuperó el balón en nuestro terreno y puso un pase perfecto para Pachequito que corría por el centro del Metropolitano, después de bajarla con el pecho y llegar hasta el borde del área colocó el pase para el Pibe que como siempre amagó con disparar y como siempre todos se comieron el amague. El mono fue el único que vió entrar a Mackensy que sin ninguna vergüenza se sacó al arquero y embutió con el alma el balón al fondo de la red, para irse a celebrar con medio estadio que ya se había bajado de las gradas. En Titos Bolos, la voz de Edgar Perea sonó con intensidad y el himno de Barranquilla le sacó lágrimas a mas de uno. Yo con mis 9 años no dejaba de abrazar a mi padre que para ese entonces, era un gigante sabelotodo a quien le tenía que explicar hacia que lugar del campo atacaba nuestro equipo.

La 84 se llenó mas que cualquier viernes de reina y yo me subí en una camioneta para lanzar desde ahí, toda el agua que pude hasta que un sueco me pegó en la cabeza. No se trataba de un ciudadano del país europeo si no de un zapato femenino, de moda por esos días en Colombia y que alguna mujer, seguramente mamada de la incomodidad que le producía al bailar y de mi exagerada tiradera de agua, lanzó desde algún lugar del pavimento. El chichón me lo rezaron con Aguardiente Cristal y yo reuní 5.000 pesos en agua, para seguir con mi desorden.

Con la cuarta estrella en el 95, me sentí hincha del mejor equipo del mundo y los partidos de la Copa Libertadores se convirtieron en acontecimientos que empezaban en la tarde y terminaban casi al amanecer. Fiestas en las que yo no dejaba de robarme los cuadritos de queso costeño bañados en limón y de espulgar las uvas pasa en el maní de los adultos.

Después de eso, mi pasión por el Júnior aumentó y el equipo se derrumbó. En esa ciudad sin líderes dignos ya no sabían que inventar y hasta la Selección se fue a jugar a Bogotá. Ir al estadio se convirtió en un delicioso purgatorio y ser hincha del equipo tiburón otra divina oportunidad para burlarnos de nosotros mismos.

Pero como no hay mal que dure cien años ni equipo con tan mala suerte, por fin se armó un grupo que empatizaba y Palacios me recordó a Bolaños, y el Piojo se me pareció al Niche, Arzuaga sacó pinta a Valenciano y un argentino ratificó que nunca habrá nadie como el Pibe. Y así me fui a vivir a Bogotá, con la camiseta de campeón que aún me pongo en Barcelona, la ciudad con uno de los mejores equipos del mundo y en donde me he vuelto mas colombiano que antes y mas juniorista que nunca!

Plumas reconocidas y sus amores en:

Cuarenta y nueve B con setenta y seis

Carito se asomaba a la ventana
y yo me asomaba al balcón.
Carito tiraba un beso,
que me partía el corazón.
A Carito le dije que fuéramos novios
y ella nunca dijo que nó.
Carito me enredaba la vida,
al lado del matarratón.
Carito creció conmigo
y me encendió la ilusión.
Carito bailaba una salsa...
yo ya olvidé esa canción.

Carito desapareció un día
y desde entonces la esperé,
me asomé en el balcón con cautela
y solo a su abuela encontré.
Hoy me puse a acordarme de ella...
y me reinventé esta canción
que de un momento a otro
me devolvió la emoción.

–“Caminando por la cuadra de la mano te llevaba,
quería decirte mil cosas
y jugando te alejabas...
y no pasaban las horas
y era mi felicidad...
yo te regalaba el cielo,
tu te ponías a cantar...
eras la niña más linda
de toda la vecindad
y te di un beso en la boquita...
que me supo a libertad.
Carito de caramelo,
corazón de ajonjolí,
que dulces que eran los tiempos,
cuando comencé a vivir...
aquellos fueron los tiempos
cuando yo te conocí."-

Y sentado esperando me agregó,
y de pronto a mi Messenger entró,
12 años después me emocionó...
y sin entenderlo otra vez me enamoró.

Carito ahora esta casada,
y baila lejos de ahí...
la casa de sus abuelos,
donde aprendió a sonreír.
Y su hija le pregunta
-"¿Con quién chateas mamá?"-
y Carito le responde:
-"Ombe pues con tu papá!"-

–“Y yo quiero volver al lugar donde nací,
y regresar a esa cuadra cerca al mar
y que sus manos me vuelvan a sentir
y que sus calles me vuelvan a encontrar."-

Y ver a la niña mas linda...
de toda la vecindad,
que ahora me manda un zumbido,
junto a un beso virtual...
que esta tarde en Barcelona,
a mi me sabe a libertad.

Guapa

Me ronda en la cabeza un disparate, tus ojos. Me da vuelta el cerebro, tu cintura. Se silencia mi mirada, tu sonrisa. Se me atrofian los sentidos, toda tú. Déjame creer que la historia aún no termina, déjame creer que no ha empezado todavía. Quédate tú y tus miedos y yo y mis mentiras, y yo y tu cultura y tú y mi arrogancia, y los dos y el silencio, y la soledad absoluta, en el espacio abierto. Es que me ronda en la cabeza un disparate, tu boca, un disparate delicioso, un espectáculo.

Reality go!

Cuando el man empezó nadie le paró bolas, cansados de las labores diarias y del dolor en el alma, su familia lo vio partir. La gente se enteró después... y yo los entiendo, a nosotros nadie nos dijo que existía Sandoná, pero existe, el profe Moncayo nos dio también, esa lección.

Y mataron a los diputados, seguramente mas o menos tan corruptos como los demás políticos del país, pero con familia, y con los mismos derechos de todos los humanos, los mataron estando privados de la libertad y por lo tanto, los mataron estando muertos. Pero ese día pocos les pararon bola, -“full barro”- dijeron mis amigos, pero la tragedia empezaría horas después, Colombia pierde 5 a 0 con Paraguay.

Y el man siguió conociendo gente, gastándose los pies, pensando en la nueva cara de su hijo, pensando que se hace camino al andar, tal vez nunca vio Furrest Gump, pero se fue uniendo uno que otro, todos cansados, mamados de la indiferencia, de las palabras repetidas, de las columnas, de los bloggs y de los noticieros, del desplazamiento, del hambre, de los guerrillos y los paracos.

El directivo mandó a llamar a su reportera estrella, le ofreció carro con aire acondicionado y microondas. Ese mismo día estaba junto al profesor y hubo full reality y full show sin pagar derechos a cadena extrajera. Historia, personaje, drama, lagrimas, alegría, objetivo, sobrenombre, slogan, consigna, personajes secundarios, bravo! el rating sube y todo es made in Colombia!
-“Manda un SMS con la palabra PROFE si crees que el Presidente Uribe debe atender a Moncayo...”-

Y el man siguió caminando, pensando en que el Man está vivo y que Colombia no está muerta. –“Manda un SMS con la palabra CANCI si crees que el Presidente Uribe debe darle la cancillería a Moncayo y quitársela a Araujo.”-

Y el man siguió haciendo lo que hacía a diario, educando a gente. Y la gente siguió haciendo lo de siempre, viendo la tele. Y Moncayo solo pidió un día del padre o de la madre o de lo que sea, pero con su hijo.
Y al mejor estilo de Factor X, la plaza se llenó de fans polarizados y llegó la gran final y los ganadores, como casi siempre, Caracol, RCN y las FARC. Y Uribe salió a recibirlo, mostrando su corazón grande de campaña, con su astucia para evadir responsabilidades, con su prepotencia natural de mandatario guerrero, con su perfidia para atraer cámaras, para montar show.

Y Moncayo y su valor y Moncayo y su rabia y Moncayo no pidió votos, ni fama, ni plata, y la gente en las casas, esperando que hiciera su aparición el pelao, pero el pelao no apareció.
Y yo... que en los últimos 9 años he terminado el colegio, he pagado para no ir al Ejército, he estudiado una carrera y un master, he vivido, he viajado, me he enamorado... y yo que estoy lejos y a veces no quisiera enterarme ni opinar, yo... con mis 23 ruedas, me imaginé en al selva desde los 14, y no me aguanté.