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Se pierde la memoria
todo vuelve a empezar
me olvido de la piedra
y me vuelvo a tropezar
el miedo, el egoísmo
el prejuicio racial
y siempre habrá una historia
para justificar.

Que somos diferentes
no lo voy a objetar
respeto tus creencias
tu forma de pensar
pero algo estoy seguro
y no lo puedes negar
que todos somos hijos
de un mismo papá.

Que el dinero es muy bueno
no lo voy a negar
y que a todos nos gusta
es la purita verdad
pero no se compara
a tu manera de amar
y hay cosas que en la vida
no se pueden comprar.

De las buenas costumbres
se quieren olvidar
se juegan a la tierra
y algo quiere explotar
esconden a los viejos
se nos vuelve a pasar
que un poco de memoria
nos pudiera salvar.

Te encuentro en la sonrisa
y en los ojos de mis hijos
en el amanecer
y en el llanto de un amigo
un cuerpo de mujer
que me hace decir tu nombre
y el canto de mi pueblo
que me hace gritar ay hombeee.
El fin de la guerra
Papadió
la paz en mi tierra
Papadió
mi escudo y mi lanza
Papadió
toda mi esperanza
Papadió

No insistas en las cosas
que te pueden dañar
que Marte está muy lejos
no se puede habitar
mejor piensa en la tierra
que aún se puede arreglar
que un poco de cariño
nos pudiera salvar.
Vives.

Ya no.

Ya no eres el amor de mi vida, ni la vida de mi amor.
Ni un callejón de preguntas sin respuestas, ni esperanza, ni venganza, ni emoción.
Ya no eres ni el recuerdo perfecto ni el dolor profundo. Dejaste de ser ilusiones del pasado y añoranzas de futuro.
Dejaste de ser espejismo, llanto, amargura, dejaste hace mucho tiempo de ser, un nudo en la garganta.
Ya no eres búsqueda y mucho menos encuentro. No me produces lastima y mucho menos deseo.
Entonces, creo que no eres más que un agujero, un recoveco, una excusa, un espanto inventado por mi mente, que se aparece a las 3 de la mañana, cuando después de haber dormido todo el día, se me ha quitado el sueño.

Alba


Como si el cuerpo indicara el sentimiento, como si las miradas dispararan, de hecho, dispararon sonrisas, ilusiones y crueldad.
Como si fueras aire, como si fueras todo, como si fueras esa que espero y que me niego a buscar, esa que a nadie, quiere remplazar.
Como si fueras una mas, una más en la discoteca.
Una más que reconfirma, como si fueras luna de plata, sueño de gitanas, una hija del Cigala… como si yo me equivocara.
Como si fueras de mentira, como un cuadro de Picasso, como si fueras de flamenco, como si fueras ese instante de transición, ese momento.
Como si fueses esa hora, en la que el día es perfecto. Esos minutos que seguramente no duran horas por miedo a perder belleza, ese color naranja de mi cielo rumbo a mi playa, esa silueta de la sierra desde mi ventana.
Aurora y madrugada, crepúsculo matutino, que seria de mi, si amaneciera junto a ti, Alba de mi alma.

Amor Travel


Su espalda inagotable, tenía el tamaño perfecto de lo que se puede abrazar, antes de hacerlo, me rodé un poco a la izquierda y descubrí su perfil. El brillo de su piercing en la nariz me indico que era ella y quede inmóvil, súbitamente paralizado. En ese momento un mundo de gente paso a por mis lados y por encima mío, todos entraron al metro y una vez adentro, la perdí.

No me baje en la próxima estación aunque lo pensé, preferí dejar todo en manos del destino y soñar que se bajaría justo en la que yo necesitaba hacer el trasbordo.
Al bajarme la busque por todos lados, como niño que juega al escondite americano pero no estaba, así que camine resignado por el túnel.

No habían pasado muchos segundos cuando de frente me miraba alguien que podría ser ella, aunque hubiese cambiado su color de pelo, aunque su raza no fuese la mia, ni la de la anterior. Me miro de frente, sin pensar en ello, como si me conociera de toda la vida, tan segura de si misma que no supe que hacer con mi cara de estupido y me la guarde para seguir caminando, llegue a la nueva estación y para no sentir que todos miraban mi idiotez, me senté en un banco como nunca y como nunca... por tercera vez en un mismo trayecto, me encontré con ella.

No tenia brasier pero si unos ojos verdes increíbles, sin que se diera cuenta metí mi mirada entre su ipod y no encontré mas que tecno, por eso reconfirme que era ella, podía enseñarle mi música del caribe, podría enseñarle a bailar, tenia que empezar por preguntarle el nombre, pensé en mi pasado perdido y en mi futuro con ella… justo ahí se levanto y se subió al tren recordándome que lo único que existe es este presente intangible.

Mas de cuatro minutos faltaban para el paso del próximo metro, pensé en cual era mi maldita prisa y no lo tome, disfrute del túnel oscuro… en silencio, conmigo.

Salvaje

Unos ojos inmensos y perdidos en la ventana, labios tan gruesos que sobrepasaban lo que la publicidad anuncia como bello. Trenzas negras y amarillas de pelo apretado y el color del café en toda su piel.

Mientras tanto, esta bestia, esta anaconda que recorre la ciudad por el subsuelo estaba a reventar y ambos, ella y yo, estábamos justo de frente, entre tanta gente de tantas partes, entre tanto mundo y tanto silencio. Justo ahí para mirarnos y no reconocernos.

A mi lado se sentó una señora de la cuarta edad, luego de que un tipo flaco y alto desocupara el puesto, mientras yo seguía hipnotizado con la cara redonda, el pelo atrapado y la sonrisa oculta de la negra inmensa.

Fue entonces cuando no aguante más y abuse de ella. Sin preguntarle nada, sin vergüenza y sin su consentimiento me metí en su cabeza para explorar sus imágenes… ahí me encontré con lo que entre a buscar. Una llanura inmensa, un desierto interminable, muchos negros como ella, mucha música sin alegría, mucho sol, muchos leones, jirafas, elefantes y mucha hambre. Me daba miedo continuar pero ya no podía salir de su África Salvaje, explotada, mutilada, pisoteada por salvajes franceses, ingleses y otros blancos parecidos. Deseando que no se percatara, ahí estaba, sentado en su tierra, explorando su raza y su cultura como ignorante turista de safari.

En un instante, el metro se detuvo en una nueva estación, las puertas se abrieron y entro una señora alta de unos 40 años, tan morena como mi objeto de exploración.
-“Oye chicaa”- Grito mi africana, yo salí expulsado de su cabeza como bala de cañón, y permanecí tan inmóvil como el resto de los pasajeros, alguien tenia voz!
-“Mija!! Que te hiciste ese día? Donde terminaron?”- respondió la cuarentona.
-“Nombe nos fuimos de ese piso, tu sabes que aquí no se puede hace bulla… así que terminamos en el Son Cubano…”-

Ya desde afuera la vi mejor, mi africana era tan caribeña como mi madre, como mi vecina, tan salsera como mi padre, tan alegre como mi mejor amigo. Creció muy lejos del desierto, rodeada por el mismo mar frente al que yo, aprendí a soñar.