Baila el Muerto

Desde ayer, cuando me enteré de tu partida, he tenido ganas de escribirte algo, como si aún estuvieras por aquí, Molestoso, fisgoneando entre tus redes de Facebook para cagarte en cualquier comentario de cualquiera, para burlarte de alguna frase escrita a la ligera. Por aquí andabas siempre: para mandarnos al carajo cuando decíamos bobadas o para bailarle a la muerte, compartiendo canciones desde una fría sala del Hospital del Mar.
Has desaparecido de mi Facebook, como si quisieras seguir mamando gallo, uno buscando tu recuerdo, tu foto de perfil, tu última frase genial, tu humor negro para parafrasearte. Te imagino cagado de la risa, diciéndonos que mandamos huevo, que por aquí no te ibas a quedar pa que te jodamos la vida después de pitos.
Que me perdonen tus amigos y tus amantes, nunca fuimos tan llaves como para hablar de tí en público, pero recuerdo algunos detalles:
La primera vez que en Antilla, me invitaste a una Heineken sin conocerme y me di cuenta que no eras ni Barcelonés ni cachaco, a pesar de haber pasado media vida aquí y media allá, tal vez Caribe, que no es una nacionalidad pasaportable.
Recuerdo que luego fui a bailar con mi novia de entonces y me susurraste al oído: -"te volvieron mierda: mulato, recójete"-, haciéndome verla más bella de lo que era. También recuerdo que la llamaste, cuando se hizo Reina del Carnaval de Barranquilla en Barcelona, e intentaste corcharla el público, en la radio, con preguntas sobre la monarquía... te jodiste Molestoso, esa vez te ganó ella.
Con tu chivera y tu cigarro, con tu bailao sabroso, con tu risa y tu seriedad, tu cara de gangster y tu tumbao, uno sabía que te encontraría por ahí en cualquier bar salsero de la noche condal. Al final de la barra, medio escondido aunque fueras el Dj.
Recuerdo cuando publiqué en Mundo Hispano una crónica sobre La Sucursal, la orquesta que te empeñaste en promocionar hasta la saciedad. Yo la comparé en un par de líneas con La Fania y me llamaste a insultar. Me odiaste por un momento y te tomaste el trabajo de decirmelo a la cara, por eso algunos nunca te quisieron, por eso yo sí, Mulato, porque hablamos menos veces de las que hubiese querido, siempre medio borrachos, más de melancolía que de alcohol.
La última vez que me llamaste por teléfono, -lo hacías cada par de años- me pasaste un contacto de Madrid que buscaba alguien para un programa en Televisión Española. -"Si te sale no me llames a dar las gracias, pero si te sale y es un mierda, tampoco me llames a joder"- me sentenciaste.
Me cuentan que mañana te velan, no creo que pueda ir pero nos vemos este mismo finde, en la pista de siempre, porque no inventes Mulato, ahora después de viejo... no vengas con cuentos, que rumbero bueno no muere, sonero bueno no muere... ¡Baila el Muerto!

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