La semana

El día que la conocí me enamore como un adolescente. Me enamore como vale la pena enamorarse, sin miedo, irresponsablemente. El día que la conocí, bailamos, reímos, me canto un par de canciones, nos besamos y perdimos la virginidad al mismo tiempo.
Al dia siguiente los sueños eran gigantes y por eso pudimos subirnos al edificio más alto de la capital del mundo.
El miércoles tuvo matices, pérdidas, búsquedas, encuentros, diversión, más sueños.
El jueves se intento pero la monotonía triunfo, lo reconocimos, lo lloramos, lo admitimos, intente lo contrario… pero perdimos.

El viernes se vengo por cosas que nunca me dijo, me trato como quiso, sin dolor, con pena. El inconsciente se apodero de todo.
Conocí entonces a la niña mala y me conocí, conocí a la que puede hacer daño, queriendo o sin quererlo. Sus travesuras parece que desmintieran los 4 días anteriores. Toda su grandeza y su miseria se desparramaron en el dia mas largo, el más gris. Ese dia, este dia, re-conocí la locura, el llanto, el odio y la amargura.

La tarde esta cayendo, el viernes muriendo, ya viene la noche y la temperatura ha bajado, el dia no ha sido fácil pero así como hay cansancio hay ganas, sonidos, colores de rumba. Lo que empieza termina, todo, todo cambia.

Emociona el viernes, ya viene en fin de semana, con su sábado y su domingo inesperado, con maravillosos planes. Con la certeza que no viviremos muchas semanas.

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