Mediodía

Contracción, euforia, gemido y grito fulminante. Lágrima que corre por la cara sin permiso. El alarido retumba en la habitación, en toda la casa y en mi cabeza. Se acerca desnuda y temblorosa, sin poder cerrar las piernas, tambalea y se acuesta a mi lado. Exhala, toma fuerzas y me pregunta: -"Maldito perro infiel, ¿qué quieres que te prepare de comer?"-

3 comments:

Johan Bush Walls said...

A pesar de todo le sirvió la comida. Por eso queremos tanto a las muejeres.

Anonymous said...

Si, claro...sólo por la comida, cierto?

medusai said...

Como diria tu padre por algo sera esa comida ,pero creo q te salio cara no ?