Contracción, euforia, gemido y grito fulminante. Lágrima que corre por la cara sin permiso. El alarido retumba en la habitación, en toda la casa y en mi cabeza. Se acerca desnuda y temblorosa, sin poder cerrar las piernas, tambalea y se acuesta a mi lado. Exhala, toma fuerzas y me pregunta: -"Maldito perro infiel, ¿qué quieres que te prepare de comer?"-
3 comments:
A pesar de todo le sirvió la comida. Por eso queremos tanto a las muejeres.
Si, claro...sólo por la comida, cierto?
Como diria tu padre por algo sera esa comida ,pero creo q te salio cara no ?
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