Cuando el calor del sol me dio en la cara, no quedo otra opcion que levantarme, la cabeza dolia lo suficiente como para reconocer el guayabo, llegue a la cocina sin controlar muy bien los pasos, tome un litro de agua y espere el desayuno pero ya era muy tarde.
Odila me sirvio carne en posta, arros con coco, ensalada de papa, tajada y jugo de mango con leche... al final del manjar... arequipe con un pedazo de queso.
La tele grande y el mueble de los recuerdos me acomodaron para ver lo que mas me gusta, mi seleccion jugando, no importaba que ganara o perdiera, era un amistoso pero era contra Argentina, asi que como salir con la mujer que te gusta, ganes o pierdas... es emocionante intentarlo.
El frio se mete por la ventana a pesar de estar cerrada y yo me niego a salir de la cama, cuatro mantas parecen ser insuficientes. Son las 3 de la tarde y no hay alcohol ni rastros de alguna sustancia prohibida en mi cerebro pero si el recuerdo de una divertida noche en Barcelona. Al salir de la habitacion hay voces de distintos acentos, dos chilenas, una cachaca y un un koreano que no se de donde salio... minutos mas tarde llagria la boliviana. Es 7 de Enero de 2007 y la tradicion en españa es ir a cenar, asi que fuimos con todos los del piso al unico restaurante cercano que nuestra condicion de inmigrantes y/o estudiantes nos permite pagar y salir contentos. La comida china ya me gusta, y compartir con esta gente te enseña mucho, que triste es tener que salir lejos para entender la complejidad de la frase: hogar, dulce hogar.